Mia Alajasko

Desde su estudio en Onsala, la escultora sueca Mia Alajasko crea obras de cerámica que dan vida al océano en arcilla. Reconocida por sus esculturas de pulpos, combina una meticulosa técnica con un sentido instintivo de la forma, creando piezas que a menudo alcanzan los 40 cm de altura. Su proceso se basa en la experimentación y la precisión. Mediante la superposición de esmaltes de su propia elaboración, Alajasko logra superficies que transitan desde blancos suaves y mates hasta azules profundos e iridiscentes: una paleta que captura tanto la fragilidad como la fuerza del mar. Cada escultura transmite una sensación de movimiento, como si los tentáculos pudieran extenderse más allá de la arcilla, encarnando el ritmo y la vitalidad del océano. Lo que la distingue no es solo su maestría técnica, sino su capacidad para infundir atmósfera al material, transformando la arcilla y el esmalte en símbolos vivos de la belleza y el misterio de la naturaleza.

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